Mi primera enfermedad se llamó faringo-amigdalitis. ¿Qué tal? ¿Qué se creían? ¿Que yo iba a tener una enfermedad cualquiera?
Por suerte ya estoy bien. Miren cómo estoy ahora.

Acá les muestro una adquisición: ¡estrené un corralito que me prestó mi prima Juana! Me llevo bastante bien con él.

Y acá me ven con un enterito que me queda bárbaro (así dicen mis papis, por lo menos...)